Los problemas derivados de una luxación o rotura de un hueso son muchos, pero tu fisioterapeuta te puede ayudar a superarlos.
Te contamos:
Si has sufrido una luxación es muy probable que la inmobilización haya producido rigidez en las articulaciones y atrofia muscular. Además, es frecuente que nuestro cerebro se olvide de cual era la postura correcta de la parte del cuerpo que ha sido lesionada y durante varias semanas inmovilizada. Esto se conoce como propiocepción, concepción cerebral que tenemos de nuestro propio cuerpo.
El fisioterapeuta será el que elaborará un plan de actuación de movilización pasiva y activa para recuperar la rigidez en las articulaciones y la atrofia muscular.
En cuanto a la propiocepción, se realiza un trabajo direccionado a devolver la seguridad del movimiento y la estabilidad de la articulación dañada.
En el caso de los edemas se utiliza tanto el drenaje manual como la diatermia, la magnetoterapia y las ondas de choque a fin de aliviar la retención de líquidos como la sangre o la linfa.
El drenaje también puedeser utilizado para tratar la cicatriz fibrosa dado que ésta puede reducir la capacidad de contracción del músculo afectado.
En el caso de pacientes que tengan que pasar por una intervención quirúrgica, las técnicas de fisioterapia pueden emplearse tanto de forma previa a la operación, para fortalecer la musculatura, como posteriormente, para conseguir devolver la movilidad y elasticidad perdida a la articulación.