En los últimos años se ha visto un aumento de la demanda asistencial de psicología considerable, cada vez se habla más de ello y está más normalizado en la sociedad. A pesar de ello, muchas personas consideran que ir al psicólogo es de “locos” o “débiles”; y por
tanto, vemos usuarios que no demandan atención psicológica hasta que no se ven muy sobrepasados por la situación que están viviendo y como “último recurso”.
No hay un momento idóneo en el que acudir a consulta. No obstante, acudir al psicólogo lo antes posible va a facilitar y acortar el tratamiento (como quien va al médico cuando empieza a tener una infección, en lugar de cuando ya está extendida).
La principal señal de que puede ser recomendable comenzar un proceso de terapia la podemos observar cuando sentimos que el malestar está presente en el día a día, cuando sentimos que no podemos con todo lo que nos está viniendo y comenzamos a tener sensación de apatía, ansiedad desmedida; asimismo, cuando todo ello nos limita en nuestro día a día. Una sensación de inseguridad en uno mismo y en las decisiones que tomamos puede ser también un indicador, el cual, además, genera mucho malestar en el día a día.
Otra de las señales más comunes y de las que menos somos conscientes son las somatizaciones. Esto es, síntomas físicos o dolencias físicas que nada tienen que ver con una afección médica y, por tanto, se relacionan con señales que nos manda nuestro cuerpo de que
hay algo que no está yendo bien: problemas digestivos, reacciones en la piel, cefaleas, taquicardias, cansancio desmedido, tensión muscular constante, caída de pelo… Cuando no sabemos darle el espacio y las herramientas a nuestra salud mental, nuestro cuerpo se resiente y nos manda diversas señales.
Además de todo ello, hay diversos motivos por los que puede ser adecuado acudir a consulta psicológica. Alguno de ellos pueden ser: toma de decisiones complicada, sensación de crisis vital, problemas en las relaciones interpersonales, adicciones, duelo, dolor crónico…
No obstante, si estás dudando sobre si deberías acudir al psicólogo, no dudes en preguntar a algún profesional de la psicología. Ellos podrán indicarte si consideran que podrías beneficiarte de un proceso de terapia o, por el contrario, no lo ven necesario.
Ana Rodríguez Guerrero.