Un músico se pasa horas en ciertas posturas, y repitiendo movimientos una y otra vez. Ya sea en sus periodos de práctica y aprendizaje, o en sus conciertos, la práctica de su oficio le obliga a cargas y repeticiones en su estructura. Y claro, esto puede provocar lesiones y estás llegar a ser crónicas. Son lesiones laborales por sobreuso.
Dicen los datos que 2 de cada 3 músicos sufren algún tipo de lesión. Algunos han sido entre famosos:
- En 1935 Louis Armstrong tuvo que dejar de tocar un año por una rotura del músculo orbicular de la boca.
- Robert Schumann se causó por practicar, lesiones en la mano derecha que le impidieron moverla.
- Su mujer Clara, al aumentar los conciertos tras su muerte, se provocó lesiones en el brazo que la hicieron parar los conciertos.
Sin embargo, las lesiones en los músicos no se comentan mucho. Es un tema casi tabú por miedo a perder conciertos o alumnos. Aún así, como siempre decimos, no se debe vivir con dolor, no hace falta sufrir para crear arte. El problema es que los músicos rara vez saben que esos dolores pueden solucionarse y evitarse.
¿Cuales son las lesiones más habituales entre los músicos?
Depende de la actividad concreta, pero las lesiones musculo-esqueléticas son las más comunes en esta profesión. Y el 90% sufre algún problema auditivo. Los problemas de muñeca y espalda son muy comunes también.
Además son muy comunes las bursitis, tendinitis, tenosinovitis, epicondilitis, epitrocleitis, dedo en resorte, síndrome del tunel del carpo y tenosinovitis de estiloides radial.
En relación a los instrumentos: «quienes tocan el violín, el chelo o el piano, son más propensos a desarrollar dorsalgia, cervicalgia, lumbalgia o trastornos músculo-esqueléticos de los miembros superiores; quienes eligen la flauta, corren el riesgo de padecer problemas de muñeca, dedos o distonía en los labios; y quienes optan por el oboe, deben prestar especial atención ante una posible dilatación pulmonar o faringitis crónica».
¿Que se puede hacer?
Obviamente acudir al fisioterapeuta cuando se tiene una lesión. Este tratará el daño y recomendará al músico cómo evitar que recaiga.
Acudir al osteópata es muy recomendable porque, desde su visión global, podrá hacer una reeducación postural, recomendar ejercicios y estiramientos, y conseguir que el músico adquiera hábitos tanto de ensayo como posturales para que pueda tocar sin dolor.
El Colegio oficial de Fisioterapeutas, en líneas generales recomienda:
Como siempre recomendamos, y más aún si de ello depende tu profesión y medio de vida, ante el más mínimo signo de dolor, acude a tu especialista fisioterapeuta o traumatólogo.